Al ver las noticias esta semana se incremento mi profunda desesperanza frente a la política oficial, por un lado la concertación con Frei, que literalmente es mas de lo mismo, y por otro la derecha con el Señor Piñera, unos de los 3 personajes mas ricos de Chile, que a echo su fortuna, no creando trabajos o empresas sino, comprando y vendiendo acciones en la bolsa, en las empresas donde forma parte del directorio siempre a querido aumentar las ganancias sin escatimar medios, despidos masivos horarios abusivos, sub. contratación, destrucción de sindicatos etc. etc., sabiendo esto ¿Quién le puede creer que no estaba enterado de la colusión para subir e igualar los precios de los remedios en Farmacias Ahumada donde es dueño de numerosas acciones?
Para comprobar el tipo de administración que nos espera como país si es elegido presidente vasta hacer este simple ejercicio, pregúntele a algún cercano que trabaje en empresas donde piñera sea parte del directorio como es el trato a los trabajadores y si respetan las leyes laborales, también podemos analizar los planes de las AFP’s donde también tiene intereses o preguntar como es estudiar en una de sus universidades, si hacemos este ejercicio bastaría para saber de quien estamos hablando.
Dicho esto les dejo una carta abierta de Pedro Lemebel a piraña… Perdón Piñera:
Lunes 08 de diciembre de 2008
Demasiado barato quiere comprar este paisito, don Piñi; usted que va por la vida tasando y preguntando cuánto vale todo. Y de un guaracazo se compra medio Chiloé, con botes y palafitos incluidos. Con cerros, bosques y ríos, hasta que se pierde la mirada en la distancia, le pertenece a usted.
¿Cómo puede haber gente dueña de tanto horizonte? ¿Cómo puede haber gente tan enguatada de paisaje? Me parece obscena esa glotonería de tanto tener.
Me causa asombro que, más encima, quiera dirigirnos la vida desde
Muy barata quiere rematar esta patria, don Piñi, y sólo con un discurso liviano de boy scout buena onda. Pura buena onda ofrece usted, don Piñi boy, como si estuviera conquistando al populacho con maní y papas fritas. Nada más, el resto pura plata; empachado de money, quiere pasar a la posteridad sólo por eso. Porque cuando cita mal a Neruda se nota que a usted le dio sólo para los números y no para la letra.
Es decir, usted es puro número y cálculo, señor Piñi, poca reflexión, poco verbo, poca idea, aunque esa es la única palabra que usa entre sus contadas palabras efectistas. Buena onda y futurismo.
Las heridas se parchan con dólares. La memoria queda atrás como una tétrica película que olvidar. Sin vacilar marchar, que el futuro es nuestro (parece himno de la juventud nazi). Así arenga usted a este pueblo embelesado con los adelantos urbanos hechos por
O sea, usted se pasa de listo, don Piñi. Quiere hacernos creer que siempre fue demócrata, pero lo recordamos clarito sobándole el lomo a la dictadura, haciéndole campaña a Büchi, amigote de la misma patota facha que le anima la
campaña. Los peores, la gorilada del terror. Parece que este suelo nunca aprendió la lección, ni siquiera a golpes, y con facilidad se traga el sermón de la derecha pinochetista, ahora remasterizada con piel de oveja neoliberal. Pero son los mismos de entonces, soberbiamente gozando los privilegios de la democracia que conseguimos nosotros, y sólo nosotros,
porque también yo dudo que en el plebiscito votara que no simpatizando por la derecha.
Mire usted qué fácil le resultaba tratar de transformar el Mapocho en un Sena con sauces. Puro arribismo, intentar esticar con terracitas y botecitos parisinos a nuestro roto Mapocho, quizás lo único rebelde que le va quedando a esta ciudad.
Qué delirio, míster Piñi, ¿por qué no se va a Europa si cacha que nunca va a poder blanquear la porfiada cochambre india de nuestra raza?
Quizás todo el país se acuerda de usted formando parte de la nata panzona del derechismo empresarial. Por entonces, en aquella época de terror, quien hacía fortuna de alguna manera era a costa de las garantías de la represión. Usted llenaba sus arcas, don Piñi, y nosotros sudábamos la gota gorda, o la gota de sangre. Fíjese que no se nos ha olvidado, y nunca se nos olvidará, aunque a usted le reviente que el pasado aflore cuando menos se lo espera. A usted ni a sus yuntas de pacto les conviene el pasado, por eso miran turnios y amnésicos al futuro.
Su discurso Disneyworld, míster Piñi, no resiste análisis, y sólo el arribismo miamista de algunos chilenos le compra su receta de vida fácil, su filosofía banal de texano paticorto. Usted me recuerda a Bush, a Menem, Piñito. Es la nueva derecha titiritesca y farandulona.
Puro show, pura foto tecnicolor de mundo feliz con sus sombreros republicanos en el Crown Plaza.
Pero le falta la cultura a su centroderecha inmediatista. No hay peso intelectual en su carnavaleo de propaganda. Nada más que modelos tetudas y parientes de hippysmo revenido. Demasiado barato quiere rematar este país, Piñito. Ni siquiera basta con su cátedra fantasma en las aulas de Harvard.
Tampoco, usar de propaganda la limosna que puso por mi amiga Gladys en sus últimos momentos; eso es muy feo, y de mal gusto. Sobre todo para usted que es tan humanista cristiano. Porque usted es pillo, Piñín. Quiere sacar adherentes de todos lados, como si este país fuera sombrero de mago. Lástima que la oferta de su vanidosa feria de variedades huele a ventaja populista.
Nada más, don Piñi; el resto, esperar con cueva lo que ocurra en el 2009.
PEDRO LEMEBEL
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